domingo, 9 de octubre de 2011

Igualdad y Crecimiento: El Enlace Socio-Económico

Se puede encontrar en el sitio web del Fondo Monetario Internacional (FMI) un recién publicado artículo de investigación que examina la relación entre la igualdad de una sociedad y el crecimiento económico de la misma. Los resultados presentados en este trabajo de investigación apoyan la noción generalizada de que un sistema económico abierto (léase: capitalista) requiere, por definición, de un rango de desigualdad. Pero si el nivel de desigualdad sube demasiado, éste factor se convierte en un lastre que afecta el crecimiento económico de la sociedad.

La razón por la que siempre existirá un grado mínimo de desigualdad económica en las sociedades capitalistas tiene que ver con la estructura del mismo sistema. Específicamente, con la forma en que recompensa a los ganadores y con la forma en que dichas recompensas sirven como incentivos para los individuos. 

El capitalismo recompensa a individuos que generan ideas productivas y las implementan en el mundo real. Por idea productiva se entiende una idea para un producto o servicio nuevo que satisface una necesidad de la población de manera más eficiente de lo que se hacía anteriormente. O bien, como una mejora que ayuda a proveer un bien o servicio ya existente a menor costo en tiempo, dinero, etc.

El aumento de productividad logrado gracias a las ideas generadas e implementadas por los emprendedores benefician a la población en general porque le permiten a ésta disfrutar de beneficios que antes no estaban disponibles, o le permiten disfrutar de dichos beneficios a menor costo. La recompensa del individuo emprendedor es una parte de ésos ahorros o beneficios.

Ésas recompensas sirven de incentivos para que más agentes económicos de la sociedad busquen generar e implementar más ideas productivas. Lo interesante del caso es que, debido a la naturaleza humana, para la mayoría de nosotros un incentivo económico de este tipo funciona mejor cuando nos permite diferenciarnos del resto de la sociedad. En el ramo de la psicología hay gran cantidad de estudios que confirman que el estatus es un factor de gran importancia para los individuos. Si al generar una idea productiva sé que tendré una recompensa que incrementará mi estatus social y/o económico respecto al del resto de la población, eso me motiva a generar más ideas.

Y ésta es la principal razón por la que una sociedad capitalista "sana" que puede jactarse de tasas de crecimiento positivo de manera consistente requiere de un cierto nivel de desigualdad. Pero la relación entre desigualdad y crecimiento económico a largo plazo no es monotónica. Es decir, algo de desigualdad es buena para las sociedades capitalistas, pero también se puede tener demasiada desigualdad, en cuyo caso la salud económica de la sociedad sufrirá.

El artículo del FMI menciona:
La desigualdad importa para el crecimiento y otras dimensiones macroeconómicas, en todos los rincones del mundo. Basta con observar el papel que la desigualdad parece haber ocupado en crear la desafección que subraya gran parte del descontento en el Medio Oriente. Y, desde una perspectiva histórica, el incremento en la desigualdad de ingreso en los EU en décadas recientes es impactantemente similar al incremento que ocurrió durante los años 1920's. En ambos casos existió un boom en el sector financiero, los pobres pidieron mucho dinero prestado, y una gran crisis financiera siguió. La reciente crisis económica global, con sus raíces en los mercados financieros de EU, puede haber sido resultado, por lo menos en parte, del incremento en desigualdad. Con creciente desigualdad en EU y otras economías importantes, la relación entre desigualdad y crecimiento toma mayor importancia.
Un reconocido economista del M.I.T., Daron Acemoglu, también explora la relación entre desigualdad y crecimiento en su trabajo Economic Origins of Dictatorship and Democracy. Acemoglu buscó crear, basándose en la disciplina de economía política y en evidencia disponible, un modelo matemático que sirva para determinar bajo qué condiciones es más fácil ver florecer un sistema democrático. Él llega al mismo resultado que el mencionado por el artículo del FMI. Por un lado, existe un nivel de desigualdad que es conducivo a la democracia, ya que si no existe demasiada diferencia entre ricos y pobres, los ricos no tienen demasiado qué temer de darle poder político a los pobres, ya que la posible redistribución de riqueza no será tan grande. Por el contrario, si existe demasiada diferencia entre ricos y pobres, existe entonces en la sociedad una constante tensión, donde los pobres tienen gran necesidad de ganar poder político (aún por medios violentos) y los ricos se ven más amenazados por el prospecto de que los pobres obtengan poder político, por lo que son menos reacios a utilizar represión para mantener el status quo donde sólo los ricos tienen poder político. Esta tensión e incertidumbre, sobra decirlo, no es el ambiente ideal para emprendedores e inversionistas. Aquí es donde la desigualdad resulta perjudicial para los prospectos económicos de un país.

Existen otras historias que se pueden tejer de los resultados obtenidos del estudio de la relación entre desigualdad y crecimiento económico. Por ejemplo, cuando los pobres son demasiado pobres, no se sienten parte de la sociedad en la que viven, no están comprometidos con ella de ninguna forma. Sienten que la sociedad no les dá nada, por lo que no sienten obligación alguna hacia ella tampoco. Esto conlleva a una falta de incentivos para pagar impuestos, obedecer la ley, o trabajar y producir dentro del marco legal. Y es un hecho que las actividades económicas que se llevan a cabo al márgen de la ley son, por definición, poco eficientes. Todo esto es un lastre para la economía de esa sociedad en su conjunto.

Este tema es de gran relevancia para las economías latinoamericanas. A pesar de que varios países del lado sur del continente americano han visto tasas de crecimiento positivas en años recientes, persisten grandes niveles de desigualdad que pueden volverse altamente problemáticos en el mediano plazo si no se les brinda la atención que requieren. 

Citando de nuevo del artículo del FMI:
De manera algo sorprendente, la desigualdad de ingreso sobresale por la fuerza y robustez de su relación con la duración de períodos de crecimiento: una disminución de 10% en desigualdad incrementa la duración esperada de un período de crecimiento por 50%. El efecto es grande, pero es el tipo de mejora que un número de países han observado durante períodos de crecimiento. Estimamos que reducir, por ejemplo, a la mitad la diferencia en desigualdad entre latinoamérica y Asia emergente tendría como resultado más que duplicar la duración esperada del período de crecimiento en latinoamérica.

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