miércoles, 31 de agosto de 2011

Mal Clima se Avecina

Lenta pero inevitablemente ha ido empeorando el panorama económico mundial a pesar de los esfuerzos de gobiernos soberanos y banqueros centrales por contener los problemas fiscales y de endeudamiento.

Llega la noticia de que la economía canadiense (segundo destino de exportaciones mexicanas, aunque muy lejos del primero, los EU) se contrajo en un 0.4% en el segundo trimestre del presente año. Los analistas financieros se apresuraron a denominar la contracción como transitoria y a enlistar excusas (incendios en Alberta, shocks en las cadenas de distribución de la industria automotriz y de energía, etc.). Por otro lado, cada vez se acerca más el principio del fin de la saga europea. Analistas y expertos estiman que el país en el que todo comenzó, Grecia, está cada vez más cerca de declararse incapaz de pagar sus deudas, lo que implicaría para aquellos desafortunados que le prestaron dinero al pueblo donde nació la democracia que terminarían recuperando tal vez menos de la mitad de su capital.

Por otro lado, en razón de todo lo que ocurre a su alrededor, la economía mexicana creció a un ritmo menor al esperado en el segundo trimestre de 2011 y ha visto recortados sus pronósticos de crecimiento para la totalidad de 2011.

Las malas notas relacionadas a Canadá y México apuntan a un solo y obvio culpable, el negro panorama económico estadounidense. Ben Bernanke la semana pasada anunció en una esperada conferencia de prensa lo que muchos esperaban que anunciara: nada de acción concreta por el momento, pero disposición a hacer más si hace falta. Más de qué, la verdad no se sabe. Los beneficios de emplear política monetaria para 'impulsar' la economía estadounidense siempre han sido muy marginales, y cuando la Reserva Federal ya ha intervenido varias veces logrando resultados mixtos, por decirlo amablemente, dejarle a Bernanke todo el peso de reactivar la economía resulta francamente absurdo.

Con respecto a Europa, la razón por la que finalmente el desenlace de la crisis financiera se ve cerca es que ya no hay lugar donde esconder la insolvencia de los diferentes agentes involucrados. Los países como Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia que tienen problemas para pagar su deuda ya no pueden ser rescatados, porque incluso los países más 'estables' de Europa (Alemania, Francia) ya se están quedando sin dinero qué prestar. Asimismo, los bancos que compraron los bonos emitidos por los países endeudados tendrán que afrontar las pérdidas que incurrirán, y ya no hay dinero para recapitalizarlos tampoco. Esto implica que las deudas que no se puedan pagar terminarán convirtiéndose en pérdidas para todos que aquellos que 'invirtieron' su dinero en deuda emitida por los fiscalmente débiles países europeos.

Sólo cuando esas pérdidas sean asimiladas y reconocidas, el proceso de curación puede comenzar.

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