Comenzamos con un poco de contexto. ¿Qué es la Comisión Global de Políticas sobre Drogas?
El propósito de la Comisión Global de Políticas sobre Drogas es brindar a nivel internacional un debate informado y basado en ciencia sobre maneras humanas y efectivas de reducir el daño ocasionado por las drogas a las personas y a las sociedades.
La Comisión elaborará sobre la exitosa experienca de la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia convenica por los ex-presidentes Cardoso de Brasil, Gaviria de Colombia y Zedillo de México. Convencidos de que la asociación entre tráfico de drogas, violencia y corrupción son una amenaza para la democracia en Latinoamerica, la Comisión realizó una evaluación de las políticas de la actual "guerra contra las drogas" y abrió un debate público sobre un asunto que tiende a ser rodeado por el miedo y la desinformación.
Entre sus miembros la Comisión cuenta con una plétora de personalidades reconocidas a nivel internacional provenientes de diversos campos. Además de ex-presidentes y políticos de otra índole, se pueden encontrar empresarios, activistas políticos y humanitarios, expertos en seguridad, intelectuales, expertos en salud, etc. Entre aquellos más facilmente reconocibles por latinos podemos nombrar a Carlos Fuentes, Ernesto Zedillo, Fernando Henrique Cardoso, Kofi Annan y Mario Vargas Llosa.
La Comisión viene de publicar su veredicto respecto a la cruzada mundial contra las drogas. La lectura de dicho reporte causará shock sólo en aquellos que han estado totalmente desconectados de la realidad por los últimos 30 años. La conclusión del reporte, en resumidas cuentas, es que la lucha anti-drogas ha sido una falla catastrófica. Cantidades industriales de dinero se han desperdiciado al pretender entablar una guerra contra un enemigo invisible, multifacético.
A continuación se presenta la traducción al español del resúmen ejecutivo del reporte. Lectura por demás interesante. Hay muchos que han sabido por años que la lucha anti-drogas como se lleva a cabo en la actualidad estaba destinada al fracaso. La lucha anti-drogas es, en el mejor de los casos, un ejercicio en futilidad. En el peor, una farsa.
Vale la pena leer las recomendaciones de la Comisión, por no decir el reporte entero (en inglés: http://media.npr.org/documents/2011/june/Global_Commission_Report_English.pdf). Presenta evidencia concreta y argumentos sensibles en lo que debe ser el nuevo enfoque de la batalla por restablecer la seguridad tanto en México, como en muchos otros países del mundo. Vale la pena asmismo diseminarlo, con el fin de concientizar a más miembros de las sociedades civiles. Es muy fácil pedir panáceas a nuestros gobernantes y culparlos cuando no cumplen. Lo que debemos hacer es informarnos, debatir a conciencia, y exhortar a aquellos que forman parte de nuestro mundo diario a hacer lo mismo.
La guerra global contra las drogas ha fallado, con devastadoras consecuencias para individuos y sociedades alrededor del mundo. Cincuenta años después del comienzo de la Convención Única de Drogas Narcóticas de la ONU, y 40 años después del lanzamiento de la guerra contra las drogas del gobierno estadounidense por parte del Presidente Nixon, existe necesidad urgente de reformas fundamentales en las políticas nacionales y mundiales de control de drogas.
Claramente el gasto gigantesco así como medidas represivas y de criminalización dirigidas a productores, traficantes y consumidores de drogas ilegales han fallado en cuanto a restringir la oferta y el consumo de forma efectiva. Las aparentes victorias de eliminar una fuente u organización traficante se cancelan casi inmediatamente al surgir fuentes y traficantes alternativos. Esfuerzos represivos dirigidos a los consumidores obstaculizan medidas de salud pública dirigidas a reducir la incidencia del VIH/SIDA, fatalidades por sobredosis y demás consecuencias dañinas del uso de drogas. Los gastos incurridos por los gobiernos en estrategias fútiles de reducción de oferta y encarcelamiento desplazan inversiones con mejor proporción costo-beneficio y con base en evidencia en cuanto a reducción de demanda y efectos dañinos.
Nuestros principios y recomendaciones se pueden resumir de la siguiente manera:
- Poner fin a la criminalización, marginalización y estigmatización de usuarios de drogas que no dañan a terceros. Desafiar, y no reforzar, falsas ideas sobre los mercados de drogas, el uso de drogas y la narco-dependencia.- Exhortar a los gobiernos a la experimentación respecto a modelos de regulación legal de las drogas con el fin de reducir el poder del crimen organizado y proteger la salud y seguridad de sus ciudadanos. Esta recomendación aplica especialmente a la cannabis, pero también se busca promover otros experimentos relacionados con la descriminalización y regulación legal que puede lograr dichos objetivos y proveer modelos a seguir para otros.- Ofrecer servicios de salud y de tratamiento a los que lo requieran. Asegurarse que una variedad de modalidades de tratamiento esté disponible, incluyendo no sólo tratamiento con metadona y buprenorfina, sino también los programas de tratamiento que comprenden heroína que han tenido éxito en muchos países europeos y Canadá. Implementar medidas protectivas, como el acceso a jeringas que han probado ser efectivas en la reducción de tasas de transmisión de VIH y otras infecciones sanguíneas, así como contra overdosis fatales. Respetar los derechos humanos de los usuarios de drogas. Abolir las prácticas abusivas que se incurren bajo la excusa de tratamiento, como la detención forzada, trabajo forzado, y abuso físico y psicológico- éstas van en contra de los estándares y normas de derechos humanos o desplazan el derecho a la auto-determinación.- Aplicar los mismos principios y políticas mencionados a las personas involucradas en los escalones más bajos de los mercados ilegales de drogas, como productores agrícolas, ruteros y vendedores minoristas. Muchos de ellos son víctimas de violencia e intimidación o son narco-dependientes. El arresto y la encarcelación de decenas de millones de ellos en décadas recientes ha llenado las prisiones y destruido vidas y familias sin llegar a reducir la disponibilidad de drogas ilícitas o el poder de las organizaciones criminales. Parece no haber límite al número de personas dispuestas a dedicarse a dichas actividades para tratar de mejorar su nivl de vida, proveer para sus familias, o escapar de la pobreza. Los recursos actualmente utilizados en estas medidades pueden aprovecharse mejor en otras cosas.- Invertir en actividades que prevengan a la juventud de consumir drogas en primer lugar y que prevengan que aquellos que ya utilizan drogas desarrollen problemas más serios. Reemplazar mensajes simplistas del tipo "Hay que decir no" y políticas de "Cero tolerancia" con esfuerzos educativos basados en información veraz y programas de prevención enfocados en habilidades sociales y grupos generacionales. Los programas de prevención más exitosos pueden ser los enfocados en grupos de riesgo específicos.- Enfocar acciones represivas en organizaciones criminales violentas, pero de manera tal que se reduzca su poder y alcance, teniendo como prioridad la reducción de violencia e intimidación. Esfuerzos por aplicar la ley deben enfocarse no en reducir el mercado de drogas en sí, sino en reducir el daño a individuos, comunidades y a la seguridad nacional.- Comenzar la transformación del régimen de prohibición de drogas a nivel mundial. Reemplazar políticas anti-drogas y estrategias dictadas por ideología y conveniencia política con políticas con disciplina fiscal y estrategias basadas en ciencia, salud, seguridad y derechos humanos -y adoptar criterios apropiados para su evaluación. Revisar la categorización de drogas que ha resultado en anomalías obvias como la errónea clasificación de cannabis, hoja de coca y MDAM (éxtasis). Asegurarse de que las convenciones internacionales se interpreten y/o revisen para guardar lugar a la experimentación robusta en cuanto a reducción de daños, descriminalización y políticas de regulación legal.- Romper el tabú sobre el debate y la reforma.
El tiempo de actuar es ahora.
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