La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) publicó recientemente un comunicado (http://www.cepal.org/prensa/noticias/comunicados/3/43983/tablaPIB_ing.pdf) donde presenta estimaciones para 2011 y proyecciones para 2012 de las tasas de crecimiento de las economías de los países latinoamericanos. Los medios de los diversos países referenciados en el documento se dieron rápidamente la tarea de diseminar la información contenida en el mismo. Los medios mexicanos, así como algunos de Estados Unidos (http://latimesblogs.latimes.com/laplaza/2011/07/mexico-lags-in-regional-economic-growth.html), aprovecharon la ocasión para hablar en tonos menos que entusiastas sobre el porvenir económico de México.
El reporte muestra en luz desfavorable al país, ya que le asigna una estimación de apenas 4.0% de crecimiento económico tanto en 2011 como en 2012. Para un país que muchos suponen pertenece al club de los emergentes, tan en boga en los últimos años, una tasa de crecimiento anual de 4% es raquítica. Cuando se pueden encontrar otros países con tasas de crecimiento mayores a 6% y que en ocasiones alcanzan e incluso sobrepasan el 10%, no es necesario haber ganado el Nobel en Economía para pronosticar dónde pondrán los inversionistas su dinero.
No ahondaremos por el momento en el tema de tasas de crecimiento anuales. El panorama económico mundial tal como se presenta actualmente es por demás volátil. Existen hoy en día cantidad casi infinita de factores que pueden ocasionar gran daño a la reputación de cualquier pronosticador amateur, por no hablar de los “profesionales”. En lo que sí estoy de acuerdo es en decir que México podría actualmente disfrutar de tasas de crecimiento económico más altas que las que realmente produce, y la culpa no pertenece sólo a factores externos. Hay varias reformas que el país podría haber implementado para contribuir a esta causa (fiscal, laboral, educativa, de leyes de competencia, por mencionar algunas). Mientras estas reformas no se lleven a cabo, la productividad del país, y como consecuencia, sus tasas de crecimiento económico, seguirán sufriendo, sobre todo cuando se comparan con la de los demás países del club de los emergentes.
Pero pasando ahora al verdadero tema de esta columna, quise tomar como punto de partida el documento de la CEPAL para hablar un poco de las diferentes formas que existen para medir no tanto el desempeño anual de una economía, sino el estado de la misma en un momento dado en el tiempo. Hablar de tasas de crecimiento de forma aislada no necesariamente nos dice mucho sobre una economía en particular. Es información importante, sin duda, pero no es suficiente para darnos una idea de la salud económica de un país.
Cuando nos enteramos de un dato como la tasa de crecimiento económico de un país, lo primero que pensamos es que entre más alto sea el número, es mejor para esa economía. Pero lo cierto es que puede haber tasas de crecimiento “demasiado” altas. Esto se debe a que tales números pueden ser producto de formas insostenibles de crecimiento. Tal vez el crecimiento extremo de una economía de un año a otro se debe a que el país, ya sea por medio del gobierno o de sus ciudadanos, se está endeudando para financiar un crecimiento inmediato pero insostenible a largo plazo.
Otro factor a considerar es que, como regla general derivada de evidencia empírica, es más fácil para países pobres crecer a tasas rápidas que para países ricos. Los países pobres por lo general lo son porque no han logrado establecer un sistema que les permita desarrollarse. Pero este mismo estado en el que viven les puede representar una gran oportunidad de crecimiento una vez que comienzan a hacer las cosas bien. Factores como inversión en infraestructura, reformas legales, inversión en educación y fortalecimiento del estado de derecho pueden hacer una gran diferencia en el momento en que son implementados. Comienzan a rendir frutos casi inmediatamente, lo cual acelera el crecimiento del país en el corto plazo y mantiene la capacidad de crecer en el largo plazo. En los países ricos, que vivieron esa transformación hace décadas, la ventaja de tales factores es que les permitieron elevar su nivel de vida, y su continua existencia les permite mantener ese nivel de vida, pero ya no se ve reflejado en tasas de crecimiento anuales. Es como si al implementar programas de ese tipo una economía pasa rápidamente de un peldaño de una escalera al siguiente, donde un peldaño superior brinda un mejor nivel de vida. Pero una vez que se ha llegado a tal peldaño, lo que se hizo para llegar a él tiene cada vez menos influencia en la velocidad con que se escala el resto de la escalera.
Ya que hemos visto que hablar de tasas de crecimiento económico anual es interesante, pero no nos dice toda la historia de una economía, ahora pasamos al asunto de tratar de comparar economías. Al comparar tasas de crecimiento hablamos de comparar la velocidad con que las economías escalan su escalera. Ahora pasamos al tema de comparar escaleras, lo cual es más difícil de lo que pudiera parecer.
La forma más fácil de comparar economías es comparar su Producto Interno Bruto (PIB) nominal. Para ejemplificar, presentamos una lista de las seis economías más grandes de América Latina, por PIB nominal, según el Fondo Monetario Internacional (FMI):
PIB Nominal 2011 (millones de dólares E.U.) | Brasil | $2,090,314 |
México | $1,039,121 | |
Argentina | $370,269 | |
Colombia | $285,511 | |
Venezuela | $283,412 | |
Chile | $203,323 |
Una tabla como la anterior es útil para comparar el tamaño total de varias economías. Empresas e inversionistas pueden ver tablas como esta para ver qué mercados son más grandes y tomar decisiones. Una economía más grande ofrece mayor posibilidad de lograr economías de escala y, como consecuencia, obtener mayores márgenes de utilidad. También, entre más grande sea una economía, más redituable resulta cada punto porcentual de mercado que gane una empresa.
Pero si lo que queremos es conocer qué país es más “rico”, lo ideal sería ver cuánto ingreso en promedio gana cada habitante de un país. Para tal fin, una tabla como la siguiente es más útil:
PIB Nominal per cápita 2011 – Estimación del FMI | Chile | $13,294.00 |
Brasil | $12,423.00 | |
Argentina | $11,169.00 | |
México | $10,638.00 | |
Venezuela | $9,886.00 | |
Colombia | $6,685.00 |
El cálculo de estos datos es simple: tomar el tamaño total de la economía (PIB nominal) y dividirlo entre el número de habitantes de ese país. Sin embargo, aún esta tabla puede resultar engañosa. La comparación entre ingresos promedio no es tan directa como esta tabla sugiere. La razón es que se utilizó para el cálculo el dato de PIB nominal. Esto implica que el factor inflación no se descontó. La razón por la que es importante descontar la inflación es porque si la tasa de crecimiento del PIB nominal de un país es igual o menor a la tasa de inflación del país, en términos reales ese país está descendiendo la escalera. Para tener crecimiento positivo en estándares de vida (ingreso real), es necesario tener crecimiento del PIB mayor a la tasa de inflación.
Crecimiento de PIB Real 2010 - FMI | Argentina | 9.1% |
Brasil | 7.5% | |
México | 5.5% | |
Chile | 5.2% | |
Colombia | 4.3% | |
Venezuela | -1.9% |
Cuando se descuenta la inflación de los cálculos el dato al que se llega es al de PIB real y PIB real per cápita. Pero aún estos datos no permiten una verdadera comparación entre estándares de vida en diversos países. Los datos reales son más claros que los nominales, pero aún así existe todavía una distorsión al tratar de comparar escaleras. ¿La razón? Los diferentes niveles de precios de diferentes países. Como analogía: el tercer peldaño de una escalera puede no estar a la altura del tercer peldaño de una escalera diferente.
Para eliminar en la medida de lo posible esta última distorsión, existen los datos Paridad de Poder Adquisitivo (PPA). Estos datos nos permiten ir más allá que comparar niveles de vida en dólares constantes (que es lo que hacen los datos reales). Los datos PPA nos permiten comparar niveles de vida en términos de los bienes y servicios que se pueden consumir. A fin de cuentas lo que importa para comparar estándares de vida no es el dinero que se gana, sino el poder adquisitivo del ingreso con que se cuenta.
PIB per cápita PPA 2010 – Banco Mundial | Argentina | $15,793.00 |
México | $15,224.00 | |
Chile | $15,025.00 | |
Venezuela | $11,956.00 | |
Brasil | $11,127.00 | |
Colombia | $9,391.00 |
Cada una de las tablas aquí incluídas presenta datos verificables. Resulta por demás interesante que el lugar que ocupa cada país en las diferentes tablas varía dependiendo de qué es lo que se está midiendo. Todas las tablas presentan información económica de algún tipo, pero ninguna tabla por sí misma es capaz de presentar un panorama total de la economía de un país. Incluso la tabla de PIB per cápita PPA presenta limitaciones. Dependiendo de qué es lo que queremos saber tendremos que recapacitar sobre qué datos son los que resultan más convenientes para nuestro fin.
La conclusión de todo esto es que no hay que dejarse llevar por la última noticia alarmista o sensacionalista que aparezca en los medios en la semana corriente. Hay que tratar siempre de poner las cosas en perspectiva, ser escéptico sobre los datos que se presentan y poner mucha atención a la interpretación de los mismos. Diferentes series de datos pueden ser utilizados para diferentes fines, y hay que recordar siempre que todo tipo de información, aún cuando se basa en datos de fuentes “confiables”, tiene limitaciones en cuanto a las inferencias que se pueden derivar de los mismos.
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