Ayer en la noche se llevó a cabo el segundo debate entre los candidatos presidenciales mexicanos. A sólo semanas de las votaciones que se llevarán a cabo el dia primero de julio, Peña Nieto (PRI--centro) continúa de líder en las encuestas de opinión, con muchas de ellas dándole todavía una ventaja de dos digitos a pesar del movimiento Yo Soy 132, del cual forman parte muchos jóvenes inconformes con el regreso del PRI al poder. Aún cuando los miembros de Yo Soy 132 se abstienen de apoyar a un candidato en particular, ha sido López Obrador (PRD--izquierda) el que más se ha beneficiado de esa inconformidad; no lo suficiente para recortar de manera significativa la ventaja de Peña Nieto, pero lo suficiente para subir del tercer lugar al segundo, dejando en esa posición a Vázquez Mota (PAN--derecha).
La mayoría de los medios parece coincidir en que el segundo debate fue menos nefasto que el primero. Hubo más y mejores intercambios entre los protagonistas, siendo la panista la que se lanzó a la carga con mayor furor. Atacó tanto a Peña Nieto como a López Obrador, recordándole al público que ambos representan a los dinosaurios priístas del pasado, ya que López Obrador, a pesar de que muchos prefirieran olvidarlo (incluído él mismo), también fue parte en algún momento del PRI.
Pero hasta cierto punto es predecible lo que ocurrió en el debate. En este tipo de situaciones, el líder en las encuestas por lo general trata de conservarse tranquilo y se dedica a hablar sobre sus iniciativas, mientras permite que los demás lancen lodo entre sí. Pero aún López Obrador parece haberse ido al extremo del personaje que era hace algunos años. Antes era reconocido por aprovechar cada vez que tenía un micrófono enfrente para decir los comentarios más polémicos que se le ocurrieran. Pero la noche de ayer se portó muy calmado, tratando de enfocarse en acciones y no en ataques. Entonces fue Vázquez Mota la que le puso más sabor al debate, utilizando la estrategia del que va en último lugar y se le acaba el tiempo: ataque frontal a los dos candidatos más populares.
Desde la última ocasión en la que hablamos de las elecciones, han sucedido varias cosas interesantes. La primera es el surgimiento del movimiento Yo Soy 132, y el cambio de posición entre Vázquez Mota y López Obrador. La otra es la revelación por parte del diario británico The Guardian de una verdad que muchos ya sabían, aún si no la podían probar. Esta verdad es que la relación entre el poder y los medios de comunicación es más estrecha de lo que debería ser. Y si alguien sabe de la incomodidad que puede causar para la vida cívica una relación personal entre el poder y los medios, ese alguien es precisamente Gran Bretaña. Así como en esa isla el partido conservador del primer ministro David Cameron es acusado de acomodar a imperialistas de medios como Rupert Murdoch, los partidos políticos mexicanos también le hacen coba a los imperios de Televisa y TV Azteca con tal de beneficiarse con spots de radio y televisión a precios bajos, bajos, bajos. Y la relación es recíproca, mientras las televisoras le dan espacios y cobertura a los políticos, los gobernantes prometen no ponerle trabas al duopolio televisivo que mantiene cautivos a millones de mexicanos.
El mismo periódico británico ha ido más lejos al encontrar entre los Wikileaks documentos originados de la embajada estadounidense en México donde se observa preocupación por la relación de alcoba que sostienen Televisa y Peña Nieto. Y es que es tan obvia la relación (con su esposa estrella de telenovela y ese copete hecho para las cámaras), que todo el asunto haría una increíble comedia de cinco estrellas si no fuera por el hecho de que esto es cien por ciento real. Y eso lo hace, a pesar de todo el potencial cómico, una tragedia más que México ha tenido que soportar.
La elección presidencial está ya muy cerca. Todo sigue indicando que Peña Nieto será el vencedor, y sólo un incidente mayor evitará que ese sea el resultado final. Durante el segundo debate, a pesar de toda la podredumbre que acosa a la sociedad civil mexicana, logró evitar abordar el tema más importante del momento en el país: la inseguridad ocasionada por el crímen organizado. Una vez que acabe todo el circo de las elecciones, será hora de enfrentar la realidad una vez más y darse cuenta de que las cosas en ese ámbito siguen empeorando en vez de mejorar. ¿Quién será el valiente que le saldrá al paso al problema?